lunes, 30 de septiembre de 2013

No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita



Cuando anoche pensaba en cómo enfocar este post no acababa de encontrar el modo.  Pensé empezar disculpándome por la larga ausencia de entradas, que ya me vale, que  no encontrar un hueco no es estar ocupada, sino dejadez, que ya está bien, como si mi vida fuera tan interesante y ocupada que no hay ni un minuto para dedicar a los recuerdos de mis niños... en fin, ya sabéis, toda una retahíla de autoinculpación, pero no me convencía; me estoy reconciliando conmigo misma y no quería volver a las andadas de lo que hago mal o regular.

 También pensé empezar hablando de la filosofía Zen, del ser un todo con el universo y la buena práctica de la meditación, la generosidad con el prójimo y el fluir de los buenos pensamientos. Lo tengo muy presente últimamente, pero, para ser sincera, aunque comparto muchas ideas de esta filosofía, convertirme en piedra “antideseos” y levitar mientras medito sobre un lecho de nieve helada no es lo mío. Yo soy más bien de un fluir de andar por casa, en plan: "fluir mola, pero  mucho más  si es con un bolso nuevo". Y claro uno no puede convencer a nadie si no está convencido uno mismo. 
La tercera opción iba enfocada al ya manido tema de “ qué mayores están mis niños”; ya sabéis, van creciendo y se acaban las películas de dibujos, las princesas y  los superhéroes con capa  y mallas, y tenemos que aprender a compartir otros momentos con ellos... No me apetecía mucho empezar así, pero por ahí van los tiros...

... teníamos sesión de cine familiar, palomitas, mantas y sillones compartidos disfrutando, unos más que otros,  las “Crónicas de Narnia”, que para quienes tenéis hijos mucho más pequeños, aún en fase Disney , o mucho más mayores,  del tipo “ mis viejos son unos carcas, yo me voy a la calle a fluir”, os explico: es una  mezcla entre Harry Potter, Piratas del Caribe y El Quijote. Si de los dos primeros seguís sin saber de qué van, haceros a la idea de aventuras fantásticas, entremezclando realidad y fantasía donde los molinos pueden ser gigantes y los gigantes los mejores amigos... Pues en esas estábamos, viendo la peli con Mario y Paula ( 10 años), cuando una suerte de maldad terrible se cernía sobre los protas, de manera que sus deseos más íntimos podían traicionarles hasta  convertirse en la peor de sus pesadillas...
... y aquí fue cuando yo, como buena madre que se precia, intenté meter la cuña publicitaria y ni corta ni perezosa dije ( quién me mandaría!):

Yo:- Véis... es que hay que tener mucho cuidado con lo que se desea. Siempre es mucho mejor ser feliz con lo que se tiene que desear continuamente lo que no podemos tener... 
( lo sé, ni con música de violines me habría quedado más cursi... cosas de madres)

... A lo que Mario, mi niño, el que está creciendo, el que me hace sonreir cuando menos me lo espero dijo:

Mario:- Bueno... YO YA TENGO TODO LO QUE DESEO...
( lo pongo en mayúsculas porque la frase lo merece, ¡¡¡¡que no se diga!!!)

... quienes hayais llorado de emoción en una función de fin de curso sabiendo que vuestro peque era el abeto más bonito de tooodo el cole, que digo yo, del mundo entero; quienes podéis presumir de que vuestro hijo de tres años sabe decir “hola” en 12 idiomas, incluyendo el esperanto y aquellos que presumÍs de que puede deletrear “supercalifragilisticoespialidoso” sin tartamudear, entenderéis perfectamente la sensación de absoluto  orgullo que mi hijo me regaló con esa sencilla frase.
 Orgullosa del trabajo de los últimos 10 años, oteando “la luz al final del túnel”, y sabiendo que el trabajo bien hecho tiene su recompensa...
Nuestros hijos, que nos llevan hasta los más alto, haciéndonos sentir los mejores padres del mundo... y que el minuto siguiente, nos devuelven a la realidad, cuando, en esa función del cole, con el mejor disfraz de abeto habido nunca, son capaces de sacarse un moco delante de 200 personas y gritar : “maaaaamiiiii... mira qué grande!!!!”
... o después de esa maravillosa sentencia :- Yo ya tengo todo lo que deseo... siguen como si tal cosa...
-          
.    - Tengo el machete que me regaló el abuelo, y mis lego de Star Wars, y mis navajas....

( Tras lo cual ... no quedó más remedio que ir a preparar algunas palomitas más... no fuera a ser que el niño también las deseara y no las tuviera!!!!)


La verdad, me encanta compartir nuevas cosas con ellos, nuevas aficiones, nuevas pelis, nuevos juegos... pero, por favor... que no crezcan!!!! 

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