domingo, 12 de junio de 2011

El por qué

Recuerdo la imagen perfectamente:
Mi padre sentado en su sillón orejero, retapizado ya varias veces (incluyendo aquella vez que el tapicero resultó no serlo, ¡¡¡y que nos desvalijó la casa!!!), y yo sentada en sus rodillas. No recuerdo tanto ni mi edad, ni la ocurrencia que provocó el comentario de mi padre: “Ay, señor, si pudiera hacer contigo como con los bonsáis, podarte y conseguir que te quedes así para siempre… ¿por qué creceréis?”…
Los años han pasado, y muy a su pesar, mi padre no pudo convertirme en bonsái; así que, inevitablemente, crecí…y en éstas me encuentro, viendo a mis hijos desarrollarse, descubrir, y crecer, y pensando como él aquella noche: “qué podría hacer yo para que os quedéis siempre así… mis pequeños bonsáis….”
Este blog responde un poco a esta intención de no dejarles crecer. Quizá atrapando sus ideas, pensamientos, ocurrencias y genialidades, consiga conservarles tal y como están, o al menos, no perder tanto esa inocencia, mágica, fantástica, abrumadora…

No hay comentarios:

Publicar un comentario