Jesús ( entonces 4 años), tras varios meses (¿años?) esperándola, recibe por fin en casa a su preciosa hermanita adoptada, Todo eran carantoñas, alegrías, y mimos para la pequeña por parte de sus dos hermanos mayores (de 4 y 7 años). Pero tras unas semanas la emoción se va diluyendo, entre pañales sucios, llantos a medianoche, y el cansancio de papá y mamá que tienen menos tiempo para jugar… Una tarde mamá reúne a los mayores y les explica:
Mamá- veréis esta tarde tenéis que portaros muy bien porque vienen a ver cómo cuidamos de la hermanita, y queremos que vean lo buenos hermanos que sois, ¿vale?...
Jesús- veráz mamá, que estaba yo penzando…..¿Y por qué no la devolvemos?....
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